Vincent Van Gogh (1853 -1890) fue un pintor holandés referente del postimpresionismo. Sus obras – que mientras vivía – no fueron especialmente elogiadas, hoy tienen un valor incalculable.

Ampliamente conocidos son sus episodios de delirio como que se cortó el lóbulo de la oreja, que contrajo sífilis o se comía la pintura con plomo… Pero seguramente muchos no saben que su vida estuvo llena de altibajos y experiencias memorables, como sus amores no correspondidos por la hija de los dueños de la pensión donde alojaba mientras trabajaba en una galería de arte a los 16 años; o el amor por su prima Kate que lo obligó a abandonar la casa paterna años mas tarde. O su interés por la religión protestante que a los 26 años lo convirtió en misionero evangelista a la ciudad de Wasmes en Bélgica.

A sus 27, regresó a su casa y comenzó a acercarse a la pintura sin detenerse hasta su muerte a los 37. Así, y tan solo en 10 años creó cerca de 900 cuadros… ¡un promedio de dos obras semanales que realizó en menos de diez años. Y no solo eso, pues realizó más de 1,1 mil obras en papel.

Sus ultimas pinturas evidencian sus tensiones y desequilibrios. Van Gogh nunca pudo superar sus crisis de alucinaciones – que incluso lo llevaron a estar internado en un manicomio- las mismas que le hicieron imaginar y crear obras únicas que recodamos hasta hoy. Con solo 37 años, se disparó con un revolver para morir 2 días después. 

Su legado es ampliamente reconocido y hoy sus obras son inmensamente celebradas, como la increíble Noche Estrellada. Si tu eres uno de los grandes admiradores de sus pinturas, te invitamos a replicarlas en maravillosas pinturas de diamante o números que podrás hacer con tus propias manos.

Para verlas, visita Fun at Home / Van Gogh.

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